sábado, 6 de marzo de 2010

CULTURA EXCLUSIVA


A mi amiga Mari Carmen Martín Mendoza, nativa de algún lugar del mundo donde la gente se saluda silbando.

La palabra exclusiva suena muy bonita, da una idea de importancia; pero la palabra viene de exclusión y eso ya como que no me gusta, prefiero ser “inclusivo” a exclusivo. Prefiero buscar las cosas que nos unen a los seres humanos y no las que nos separan. Para ampliar el concepto de cultura de Mari Carmen dentro de mi idea de la inclusividad puedo decir que la cultura incluye principalmente expresiones artísticas entre las que encontramos principalmente:

Las siete artes clásicas (esta es la lista griega, la masónica)
  • Literatura
  • Artes visuales (pintura, escultura, dibujo)
  • Artes escénicas (teatro, cine, danza)
  • Arquitectura
  • Música
  • Oratoria (cuentos)
  • Poesía
Las artes culinarias

Las artes marciales

LA TAUROMÁQUIA

Lo otro que forma parte de la cultura son los valores o tradiciones sociales como (entre otras):

  • Respeto a los demás, a los mayores, a los niños, a las mujeres, etc.
  • Religión
  • Gobernabilidad
Por último también forman parte de la cultura los antivalores.
  • Preceptos raciales
  • Preceptos sociales
  • Preceptos materiales
De las siete artes clásicas griegas la lengua es punto esencial de la literatura, la música, la oratoria, parte de las artes escénicas y la poesía. Así que ya tenemos un punto de suma importancia en lo de definir la cultura: la lengua es el punto más importante de la cultura. Si tenemos varios grupos de personas que hablan la misma lengua entones tenemos a varios grupos de personas con la misma cultura. Ya comienzo a probar lo de mi teoría de la inclusividad. Varios países que hablen la misma lengua comparten la misma literatura, la misma oratoria, la misma música, la misma poesía, el mismo teatro y el mismo cine.


Yo he vivido en 4 países y he visitado 3 países más. He vivido en Venezuela, Estados Unidos, Colombia y España; he visitado México, Las Bahamas y Las Antillas Neerlandesas. Ahora veamos que experiencias culturales he encontrado en estos sitios para probar lo de mi teoría:

El hecho de leer un libro en un lenguaje te da acceso a entender su contenido, pero si uno lee un libro en el mismo lenguaje en el que fue escrito la experiencia es totalmente diferente. Uno comprende perfectamente lo que el autor quiso decir. Las traducciones no siempre expresan el espíritu del escrito y para comprobar me permito pedirle a aquellas personas que me leen y que sepan inglés que traduzcan a la lengua de Shakespeare la siguiente oración: “No por mucho madrugar amanece más temprano” o que intenten describir a una audiencia anglo parlante a la mujer española: “La gracia, el salero, el donaire y el garbo de la mujer española es inigualable en el mundo”. Si alguien alguna vez ha visto un tablao flamenco, una mujer de ojos moros, en bata de cola, de ceño fruncido y con manos que expresan todo el sentimiento que tiene en el corazón, entonces palabras como gracia, salero, donaire y garbo son fácilmente comprensibles a un hispano parlante aún sin describirlas. Pero expresarle eso a una persona de otra lengua, pues ya no es lo mismo. No lo capta por mayor maestría que el intérprete tenga de la otra lengua.

Es muy común para un hispano parlante leer los clásicos de “nuestra cultura”. Si alguien presume de hablar bien el castellano tiene que haber leído las aventuras de cierto ingenioso hidalgo y posteriormente las aventuras del mismo ingenioso caballero. Las poesías de Amado Nervo, Gustavo Adolfo Bécquer, José Gautier, Gabriela Mistral, Rubén Darío, José Martí, Jorge Luis Borges, Andrés Eloy Blanco son leídas por todos los hispanos aún cuando todos los nombres ya mencionados son todos de diferentes países. La magia de la lengua nos une cuando en matemática rima se suman las palabras como en este ejemplo:

Ya de ti ni siquiera en sueños me acordaba,
Pero ante el blanco altar del Santo Sacramento
Te he visto comulgando. Cuando el cáliz se alzaba
¡Tu frente se doblaba como una flor al viento!

El armonium cantaba, sonaban campanillas,
Y tú, del templo augusto entre las santas galas,
¡Parecías un ángel postrado de rodillas!

Qué diferente eras en tu humildad preclara,
En tu nuevo y solemne devenir consagrado,
De aquella otra mujer que un tiempo perfumara,
Desmayada de amor, mi frac florojalado.

Este extracto de una poesía de Jesús Balmori que nos pinta la escena de una boda y hace que nos regocijemos en la lengua es especialmente importante porque esta es una poesía filipina parte integral de nuestra cultura hispana. El dominio de la herramienta (la lengua), la religión católica, el vestido, toda la imagen se nos hace familiar aún cuando la inspiración al poeta le vino probablemente en algún lugar del continente asiático al otro lado del planeta. Pero la cultura es la misma.

La arquitectura es también sorprendente, si existiera la forma de hacer aparecer a una persona en cualquier parte del mundo con el accionar de una varita mágica, si yo tuviera esa varita y le mandara a usted amigo lector a una calle de Bucaramanga, de Monterrey o de Barquisimeto durante solo unos segundos y luego le preguntara que guiándose por la arquitectura me dijera usted donde estuvo, no me podría decir si estuvo en Colombia, México o Venezuela. Casas de techos de tejas a dos aguas, ventanas de dos hojas de madera y portales con zaguán son comunes en toda Latinoamérica.

En cuanto a la música siempre me ha llamado la atención que las canciones más representativas de dos ciudades españolas Madrid y Granada fueron compuestas por un mexicano (Agustín Lara) o que la autora de Recuerdos de Ipacaraí no es paraguaya sino argentina. ¿Ya se convenció amigo lector de mi teoría de la “inclusividad”?

En una ocasión que me encontraba en la ciudad mexicana de Monterrey de visita en la casa de un señor muy amable pero no podía yo encontrar un punto común de conversación con esta persona por más que tratábamos él y yo de adentrarnos en algún terreno común. Eso hasta que salió su hijo de su habitación vestido en traje de luces porque se dirigía a la plaza de toros a una faena. En ese momento todo cambió. Me fui con ellos a la plaza de toros y regresamos borrachos casi al amanecer del día siguiente abrazados y tratándonos de “hermanos”. Nos unió la cultura: los toros.

Ahora que vivo en Madrid ya me he conseguido con varias personas, entre ellos mi abogado, el pastor de una iglesia que visite, una vecina, entre otros que me han dicho “por lo menos hablamos el mismo idioma, pero de culturas diferentes”. Ahora con la Comunidad Económica y la Unión Europea, el espacio Schengen y el Euro algunas personas en España consiguen más afinidad “cultural” con un danés o un sueco que con un latinoamericano; sus razones tendrán pero la verdad no me puedo imaginar cuales a menos que se trate de la otra característica de la cultura que son los antivalores. Seguramente estas personas no es que se sientan mas cercanos de los daneses o suecos pero que ponen un muro entre ellos y los latinoamericanos por cuestiones de raza o de materialismo. A mi manera de ver, en cuanto a lo del materialismo basta hablar con un español mayor de 80 años y oír su punto de vista acerca del materialismo y de paso preguntarle donde están sus hermanos.

La semana pasada estaba en la recepción de una ONG que se encarga de tratar con extranjeros en cuestiones migratorias esperando que me atendieran; junto a mi solo había dos personas más esperando. Había una mujer rubia y una mujer marroquí; musulmana me imagino por el velo que llevaba en la cabeza. A los pocos minutos salió uno de los trabajadores sociales y llamó a la mujer rubia quien le habló en inglés y éste señor pareció que las palabras en inglés de aquella mujer le hicieron salir de sus casillas y le dijo en español algo molesto: “si tú no puedes hablar en castellano, no vengas, no me molestes, no hay ayuda para ti, no hay créditos de emprendedores, olvídate de tu propia empresa. Si no hay castellano no hay dinero, NO MONEY”. Luego le dijo: En este país llevamos mil años hablando en castellano y el castellano ha sido el idioma oficial de España en todo ese tiempo”. Nada más alejado de la realidad. La rubia obviamente como que se tragó el cuento, pero la mujer marroquí y yo nos miramos y negamos con la cabeza al mismo tiempo. A lo mejor la marroquí diciendo: que mal la trató, pero yo negué con la cabeza porque yo sé que lo que dijo el señor no es cierto. Aquí en España el árabe ha sido durante mucho más tiempo idioma oficial (800 años) que el castellano (500 años) y antes de eso lo era el latín. El castellano fue solo uno de los tantos dialectos que se hablaban en la península y que por ser la lengua madre de una reina, pues fue escogido como idioma pero bien pudo haber sido el catalán o el gallego. De hecho, el castellano tiene el mismo tiempo de ser lengua oficial (idioma) en España que lo que tiene siéndolo en toda la América hispano parlante. Y tan especial ha sido esta bella lengua que se ha adaptado para arropar tanto las cosas comunes como las diferencias entre nuestros pueblos. Así, América incorpora palabras al castellano que antes no existían porque sencillamente no tenían el sujeto a describir y nacen palabras como coyote, cacahuate, aguacate, tomate, chocolate. ¿Ya notaron la terminación “ate”?, eso porque viene del original idioma Nahuatl centro americano, en otras palabras las diferencias culturales que existían (entre la cultura Nahuatl y la hispana) las cerró la lengua castellana y las arropó dentro de una sola cultura. Ahora es común ver a gente en España no tan solo comiendo chocolate o tomates sino describiendo esas dos cosas con una palabra castellana propia y no con una palabra extranjera como cuando dicen “leasing” para denotar el alquiler de un coche a largo plazo. Y en cuanto a lo de la raza, bueno esos ojos moros de la bailaora de flamenco que describí anteriormente y que tanto definen y embellecen a la española no son precisamente ojos que heredó de su abuelita del Cáucaso sino de su bisabuelo de Fez o de Casablanca. Póngame usted a una noruega, una danesa, una rusa y a Lola la hija del frutero y el culo de Lola le gritará al mundo que es española porque si hay algo que separa a una española al resto de los mamíferos habitantes de este planeta es el culo que se gastan las muy guapas. Ponga usted a una danesa en bata de cola y verá usted a la gente preguntando ¿Y qué es esa bolsa que le cuelga detrás? Porque hay solamente una cosa en el mundo entero que puede llenar ese espacio y es el culo de una española, nada más. Así que si hay diferencias raciales, eso es un punto más para la española en este caso y no una desventaja. Mi cultura es hispana y como tal me llama más la atención el culo y no el busto de la mujer no como en el caso de los estadounidenses que no le hacen reparo al culo sino al busto.

En conclusión yo veo la cultura canaria y venezolana por ejemplo muy cercana y sustento mi teoría inclusiva con matemática simple: son más las cosas que nos unen culturalmente que las que nos separan; así de sencillo. Para mí un canario no es un danés ni un sueco. Un canario es una estudiantina, un pernil asado, un seseo, un chinchorro, una copla o en el caso de las féminas un culo bien proporcionado y definido; cosas con las que yo crecí y que considero mías propias tanto que son puntos fundamentales de mi cultura personal de mi CULTURA INCLUSIVA.

Marcos Sánchez Urquiola

Madrid, marzo del 2.010