domingo, 10 de febrero de 2008

Graceland

Yo la verdad no conocía mucho de la vida del Elvis Presley hasta que llegué a vivir en el pueblito de Senatobia, Mississippi en la década de los 70s. Senatobia es un pequeño y olvidado lugar cuyo mayor virtud es estar a solo 20 minutos de Memphis, Tennessee por la autopista interestatal Número 55 (Interstate 55). El propósito de mi estadía en Senatobia era la de aprender a hablar inglés en el Northwest Mississippi Community College, un instituto técnico universitario que educa a la población campesina en áreas principalmente agrícolas. La vida del pueblo es la universidad. Allí llegué internado a aprender el idioma y a conocer a los Estados Unidos y a su gente.

La universidad está sobre la carretera número 51 (Highway 51) que es una vía paralela a la autopista que lleva a Memphis, pero que pasa por los pueblos de Coldwater, Hernando y finalmente entrando a Memphis la carretera se convierte en el Elvis Presley Boulevard que es la calle que pasa frente a Graceland, la famosa casa del cantante. En el college aprendí el inglés pero decidí quedarme un tiempo mas allí para poder tomar otros exámenes necesarios para entrar en el sistema de educación superior de Estados Unidos como el TOEFL y el SAT, entre otros. En total estuve en Senatobia desde que tenía 17 hasta los 19 años. Los compañeros de estudios eran muy amables conmigo y siempre me invitaban a salir a Memphis para conocer la ciudad. Visitábamos los centros comerciales, la tienda Goldsmith, el parque de atracciones Libertyland y siempre de ida o de regreso pasábamos por Graceland.

Para ese tiempo Elvis había fallecido hacía solo poco más de un año y Graceland no era el museo en el que Priscilla, la ex esposa de Elvis la transformó; Graceland era todavía la casa de Elvis y allí vivía su padre. Siempre que íba a Graceland con mis compañeros, estacionábamos el carro justo al frente de la casa donde ya existía un pequeño conjunto de tiendas con recuerdos y productos relacionados con Elvis. Desde afuera, Graceland se veía inmensa. Más de una manzana es toda la propiedad, varias hectáreas que enmarcan a una granja en medio de la ciudad. Una pared rodea toda la propiedad y las puertas de la entrada son unas rejas con símbolos musicales. La casa se ve desde la calle porque está en una colina bajo unos árboles muy frondosos. Lo malo es que no dejan entrar a nadie porque era una casa privada, pero la gente se agolpaba frente a la reja a tener una mejor vista de la casa. De vez en cuando se veía gente caminando por allí, otras veces que dejaban la puerta del garaje abierta se lograba ver un pedacito de algunos de los famosos carros del cantante. Le gente caminaba de una punta de la acera a la otra tocando los ladrillos de la pared perimetral. Siempre que veníamos a Graceland hacíamos lo mismo que todo el mundo y caminábamos de un lado al otro conociendo allí a mucha gente que venía desde lejos solo a dar vueltas sobe la acera frente a la famosa casa del fallecido ídolo del rock y el americano mas famoso que tenía a la mano.

La misma gente de las tiendas del frente nos había dicho que muy de vez en cuando el vigilante de la casa abría la reja y dejaba pasar a un grupo de gente y le permitían caminar por algunas áreas de la granja. De allí en adelante comenzamos a buscar nuestro día de suerte. La verdad la caza no duró mucho. El día llegó y la pista fue que cuando llegamos, estaba el vigilante en la acera hablando con solo 5 personas que habían llegado, cosa muy extraña. Nos unimos al pequeño grupito y comenzamos a hablar con el vigilante quien me preguntó si venía de lejos y yo al mostrarle el pasaporte le dije que venía de Venezuela. El vigilante regresó a la garita, hizo una llamada y se dio el milagro: nos dejaron entrar a todos que estábamos en la acera, unas 9 personas en total. Subimos por la vereda serpenteante hasta la casa. Lo primero que me llamó la atención fue lo pequeña que era realmente la casa. Ya había visto casas mucho más grandes en Memphis. La pequeña piscina al lado de ésta las tumbas de Elvis, su hermano gemelo y su madre. Estando viendo las tumbas, vi que se abrió una cortina de una ventana del segundo piso de la casa principal y vi a un hombre asomarse. Al rato el mismo hombre salió de la casa. No había nadie junto a mi en la parte de las tumbas. El resto de mis amigos estaba viendo los carros en el garaje, los establos o caminando por otro lado. El señor era muy mayor, muy flaco, alto y con el pelo pintado y muy bien peinado. El señor vino directo a mi y se presentó como Vernon el papá de Elvis. Conversamos un buen rato, de su hijo, de la casa, de Venezuela. Como a los 15 minutos cuando mis amigos y el resto de la gente se dio cuenta de que el que hablaba conmigo era el padre de Elvis, la gente comenzó a hacer un círculo alrededor nuestro. Casi inmediatamente el señor se despidió, nos invitó a seguir conociendo la propiedad, pero regresó a la casa. No mucho tiempo después me enteré de la muerte de Vernon.
Marcos Sánchez Urquiola

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